estadisticas

viernes, 22 de julio de 2016

"Susurros" en la Peña del Melluque

 
             
             Hoy el puerto de Ventana nos recibe con un amanecer característico de nuestra región. Mientras en el lado leones del puerto ordena y manda Lorenzo, en la vertiente asturiana una húmeda bruma mimetiza el paisaje.



Tras algo más de una hora de aproximación, la niebla se disipa y damos vista a nuestro destino, la carasuroeste de la Peña del Melluque. Donde nos esperan unos paños de caliza más propios de las Peñas del Prado que del requebrajado macizo de Ubiña.


"Susurros", obra de J. M. Fernández y Gerardo Pinto, cuenta con las reuniones equipadas con parabolts con argolla para rapelar y alguna otra chapa en su recorrido equipando los pasos más comprometidos de auto-proteger.
Llevad al menos 14 cintas, nosotros con 10 tuvimos que hacer malabares. Varios cordinos  y un buen juego de friends serán suficientes para completar la protección de la vía.


El arranque de la ruta esta situado un par de metros a la derecha de la cueva del Melluque. Bajo un marcado canalizo (IV+) en el que se observan un par de puentes de roca enhebrados con cordinos.
Por encima de este, una placa (V-) protegida con un parabolt nos conduce a una terraza herbosa donde se sitúa el primer relevo.


La segunda tirada parte en la vertical de la reunión por una oscura chorrera de huecos (V-) protegida por dos parabolts. Esta desemboca en una placa de canalizos (V+) protegida por otro
 parabolt. Cruzando esta diagonalmente hacia la izquierda, alcanzamos una nueva terraza herbosa donde montaremos la reunión.



En la tercera tirada, a pesar que el croquis de Adrados marca salir por la izquierda y de ver un viejo cintajo, decimos salir de frente por un diedro fisurado en bavaresa cerrado por un techito que bordeamos por la izquierda. 

   
por encima de este seguimos en bavaresa por una fisura (V+). A su fin mediante un paso lateral a la derecha (6a) alcanzamos una nueva fisura  que recorremos en su totalidad. Saliendo por la izquierda a una placa de adherencia (6b) protegida por tres chapas para alcanzar la reunión.


En el cuarto  largo nada más salir nos encontramos con un paso de panza (6a) en equilibrio sin presa para las manos, protegido por un parabolt. Superado este continuamos diagonalmente hacia la izquierda por un muro de huecos (Vº+) protegido por un parabolt y un puente de roca hasta alcanzar una repisa sobre la que se produce el relevo.




En el quinto largo, un corto pasito (V+ y un parabolt)) da acceso a un diedro fisurado (V+). Un parabolt a la derecha, nos indica donde abandonarlo  y situarnos por debajo de un canalizo vertical (6b+) protegido por tres parabolt. Para acceder a este antes deberemos superar una pequeña panza (6a) protegida por una chapa. Superado el canalizo, por terreno más facíl (IV+) y tumbado alcanzamos la repisa donde se produce el relevo.


El sexto largo  es muy corto, apenas veinte metros. Un corto muro (Vº+) protegido por un parabolt da paso  a un terreno más tumbado y sencillo (IVº) hasta que alcanzamos las terrazas herbosas que dan acceso a la arista. A la derecha hay un parabolt con un maillon donde montar la reunión.



Desde aquí trepamos desencordados de grada en grada (IIº) hasta que alcanzamos la arista apenas cinco minutos después. 



El descenso lo llevamos a cabo andando hacia el norte hasta la collada socellares y de esta a pie de vía por los batulos. Para no remontar de nuevo, regresamos al coche siguiendo rastros de senda  a media ladera.

"Susurros", una vía que a mi corto entender, según se vaya divulgando, se va a convertir en una clásica  en la cordillera de obligada visita.

viernes, 8 de julio de 2016

"El loco de la colina" a la Peña de Fresnidiello

         
                 Me parece irreal, pero ya han pasado diez meses desde la última vez que me calce los gatos. Diez meses abandonado a la desidia. Diez meses de folixa en folixa y duros vivacs en el chigre. Diez meses en los que, al igual que los riós esculpen el paisaje, la cerveza, a  ido remodelando mi abdomen. Vamos, que da pena verme. En su afán por animarme a retornar a la escalada, mi amigo Carlos me dice que tranquilo, que el que tuvo, retuvo. Yo lo único que he retenido han sido liquídos.
Tras varios amagos, he  decidido acompañar a Pedro a Fresnidiello. Allí, aun nos quedan un par de lineas que probar.
 Desde luego no he elegido el mejor día para retornar a la actividad. El sol fríe de tal manera el ambiente que ni las lagartijas osan asomarse. Y como madrugar no procede, es ya casi mediodía cuando enfilamos el sendero que asciende hasta la base de la pared.


La vía elegida es "El loco de la colina". Vía, que ha resultado más grata de lo esperado, a tenor de los jardines colgantes que se perciben desde la base.  Mantenida en su grado,cuenta en las reuniones con dos chapas con argolla para rapelar y los largos equipados con parabolts casi en su totalidad. Siendo sencilla la auto-protección allí donde no lo esta.
 A nosotros, los largos de cuarto nos han parecido quintos, y el largo de 6a y el de V+, quintos también . 


Para deshacernos cuanto antes de las mochilas, hemos comenzado a escalar más abajo. Entrando por la "Garrido- zapata" para diagonalmente hacia la izquierda ir buscando la chorrera de huecos por la que transcurre el primer largo (IVº) protegido por tres parabolts. Saliendo así un largo de 60 metros.


la segunda tirada (IVº+) continua por la chorrera de huecos hasta su extinción. Cinco parabolts protegen el largo.


El tercero (IVº+), bastante corto, parte verticalmente por un corto murito. Superado este, una placa tumbada nos conduce a la reunión.  Dos parabolts protegen este tramo.


 La cuarta tirada (IVº+) navega con tendencia a la derecha evitando los matojos de vegetación que jalonan  la placa,  No cuenta con equipación fija. Siendo sencillo de proteger sirviendose de los numerosos puentes de roca existentes.


El quinto largo (Vº+) sale por la izquierda de la reunión  a buscar un clavo para a continuación virar a la derecha a buscar un murito más vertical. Donde se encuentran los dos parabolts que protegen el largo. Entre estos, en un pequeño diedro escondido a la izquierda hay un cordino lazado en un puente de roca. Alcanzado el segundo parabolt, torcemos a la izquierda a buscar la reunión unos pocos metros más arriba.


El sexto largo (6a) sale por la derecha a buscar un maravilloso canalizo vertical, al final de este la pared se tumba y decrece en dificultad. Continuamos con tendencia a la derecha hasta un corto muro bajo la reunión donde se encuentra el último parabolt del largo. Parabolt expuesto de chapar  y que nosotros evitamos por la izquierda por terreno más sencillo. Cinco parabolts protegen este tramo



El séptimo y último largo (Vº) parte verticalmente a buscar el espolón. Por el que alcanzamos (en mi caso entre calambres en los dedos, fruto de la deshidratación) la última reunión de la vía. Esta tirada cuenta con cinco parabolt como protección fija.


Tras unos rapeles para recordar, por el agarrotamiento de mis dedos y los enganchones de las cuerdas al recuperarlas, alcanzamos por fin la meta de toda escalada, el chigre. Aquí, ya no me duele nada.
Hay pocas cosas que una cerveza fría no pueda curar. 
Poco a poco la mesa se va completando con compañeros que regresan de su actividad. Es por estos momentos por los que merece la pena postergar un año más la jubilación.


             Buff...... mañana voy a tener agujetas hasta en las orejas.