estadisticas

jueves, 28 de noviembre de 2013

Alpinismo bisexual y otros escritos de altura

 
 
Siento debilidad (¡literaria!.... que alguno con el titulo, ya esta haciendo sus elucubraciones) por este riojano, al que tuve la suerte de conocer en Urriello cuando dirigía el equipo de jóvenes alpinistas.
 
Su ácida pluma, digna de Bukowski o del mismísimo Boris Vian, nunca me ha dejado indiferente y siempre a conseguido dibujarme una mueca de aprobación en la sonrisa. descubrir esta reciente publicación de la editorial "pepitas de calabaza" me ha costado diecisiete días de ansiedad, con continuas visitas al buzón, hasta que por fin, llego el envío. Apenas dos horas después de caer en mis manos, peleaba ridículamente con mis piernas dormidas, por levantarme del "trono" tras agotar el texto. 
 
De pequeño formato y editado en rustica con solapas. Esta pequeña joya alberga en su interior una selección de relatos cortos, que en su mayoría he leído anteriormente en revistas como Desnivel y Campo Base, pero que celebro poder hacerlo de nuevo..
 
No esperéis encontrar en ellos narraciones de increíbles o heroicas ascensiones a picos vertiginosos. Sino como bien cita  en su contraportada, se encuentra a medio camino entre la crónica de viaje, la reflexión de la escalada, el golferío nocturno, la filosofía básica y la épica del deporte de nulo rendimiento. Reflexiones punzantes por una de las mentes más lucidas del panorama alpino contemporáneo nacional.
 

 
 
Sirva de muestra, parte de uno de los 37 fantásticos relatos que lo componen y que da titulo al libro.
 
 
Alpinismo Bisexual


"Cuenta Homero en la Íliada que durante los preámbulos del combate que enfrentaba a troyanos y aqueos solo a los soldados más valerosos, a los que formaban el ejército personal de Aquiles, les estaba permitido dormir juntos en las noches previas al enfrentamiento. El resto del ejército descansaba en sus barcos mientras los bravos, los que con mayor precisión y potencia lanzaban la jabalina, los de la cabeza siempre erguida hasta en las más cruentas disputas, dormían juntos sobre pieles de leopardo, libando vinos mediterráneos. Así, en el fulgor del combate, con el olor todavía tibio del pecho del compañero, se defendían mejor los unos a los otros, peleaban con más ahínco para salvar a sus amantes del filo de la espada enemiga.


Después de muchas expediciones compartiendo tienda de campaña con otro tipo barbudo de pies especialmente fétidos, he tomado la determinación de superar los perjuicios y seguir los consejos de los clásicos. Apuesto y promuevo el alpinismo bisexual. Un nuevo concepto de actividad montañera en la que no hay espacio para las privaciones carnales y emocionales; solo placer, placer sin límites.


Imaginar a ese tipo barbudo de pies olorosos no como el pesado que ocupa la mitad del espacio vital y llena todo de pelos sospechosamente rizados, sino como un tipo atractivo de complexión hercúlea y carácter suave, alguien con quien intimar, a quien acercarse cuando sopla la tempestad, alguien a quien coger la mano callosa cuando el sol se esconde entre los glaciares y sesga la nieve, estilizando la sombra de los picos. Ese tipo guarro, con agujeros en los calzoncillos largos y restos de comida en la barba, podría
ser tu próxima Dulcinea".

         Un  libro que bien merece un recorte en la ingesta de un par de cacharros el sábado a la noche y emplear los 12 euros ahorrados en su compra.



 

sábado, 16 de noviembre de 2013

"Gran diedro" en la Peña del Pincuejo.

El otoño esta avanzado y la roca ya enfría las manos, pero las horas del mediodía aun proporcionan tibios rayos de sol que no podemos desaprovechar.
Con pronostico de cielo despejado hasta la tarde, hemos cruzado al sur de la cordillera, tras abonar el ¡puto peaje!, hasta la localidad leonesa de Caldas de Luna. Sobre el pueblo, a escasos dos minutos del coche, nos espera la vía del "Gran Diedro" en la Peña del Pincuejo.
 
 
Comenzamos en el primer largo en la vertical del gran diedro caracteristico de la Peña. Por terreno facíl (IVº) alcanzamos una placa (Vº) protegida por un parabolt, por la que navegamos con tendencia a la izquierda a buscar un clavo.


Enlazando fisuras (IVº+) con buen canto y faciles de auto-proteger alcanzamos una terraza inclinada, bajo un muro donde montamos la reunión sobre dos parabolts.


En el segundo largo salimos primero un poco a la izquierda a buscar un parabolt, para volver de nuevo a la derecha y afrontar un corto muro vertical (Vº) valiendonos de una marcada fisura protegida con otro parabolt.


Superado este, la pared se tumba a la altura de un arbolito que podemos lazar. Unos metros más arriba por terreno cómodo (IVº) alcanzamos la base del diedro. Aquí montamos la reunión sobre dos parabolt con argollas.


El tercer y último largo recorre el diedro en su totalidad. Para entrar en él, superamos una placa de agujeros con un parabolt a su fin. A  mi estos pasos de entrada al diedro me han parecido de Vº+, pero compañeros que escalan más que yo, lo cotan de 6a.


Una vez en el diedro (Vº) a disfrutar, vertical y con mucho ambiente. Limpio de equipación, pero facíl de proteger con empotradores. Con mucho canto para pies y manos


Unos metros antes de su fin, un corto pasaje (Vº+/6a) protegido por un parabolt sera la última dificultad para alcanzar la reunión formada por dos parabolts con argolla. 
 

                 En frente, hacia las Peñas del Prado, la nubosidad comienza a crecer de forma alarmante.

 
La temperatura ha bajado y viendo que cuando rapelemos se acaba la escalada por hoy, Carlos propone continuar hasta la cima por el último largo del "Espolón Canales".
 


Sin recoger las cuerdas para no perder tiempo, sabedores que no hay nadie por debajo a los que podamos golpear con alguna posible piedra desprendida al arrastrarlas, nos acercamos hasta la base del largo.


Un largo que en su día no hicimos mal aconsejados. Una semana después yo me sacaría la espina. Hoy es el turno de Carlos.

 
Y a Mija esto, pues.....¡se la pela!. Pero si hay que subir, se sube.

 
Una vez arriba,  el viento y un frio ya instalado en los huesos, nos invitan a bajar rápidamente. Una foto rápida para el recuerdo y mientras Carlos va a la cumbre principal, nosotros prepararemos el rapel.


Una xornada d'esguilada con bonos amigos, qu'acaba nel chigre, nun tien preciu, pa tou lo demás  MasterCard.
                                                             ¡gracies compañeros!



jueves, 7 de noviembre de 2013

"Cita en Ventana" en la Peña del Melluque

Con un pronostico poco Halagüeño, cansados de "nuestros lunes al sol", Mija y yo encaramos el Puerto de Ventana. Confiados en que la suerte que se nos ha negado en otras ocasiones, nos conceda esta vez, una ventana en las horas centrales del día que nos permita escalar. En el peor de los casos, daremos un paseo y pillaremos otra pingadura. La apuesta esta echada, solo resta esperar.
 

 Desde el Puerto, cogemos la pista de Trobaniellu que abandonamos a los trescientos metros por otra a la derecha en una bifurcación junto a una fuente. Suavemente en zig-zag ganamos altura hasta un collado. Lo atravesamos y continuamos hasta una bifurcación. Aquí abandonamos la pista por un ramal que sube hasta una antigua explotación minera. De esta, parte un sendero marcado por hitos que gana la cresta.

 
Por este,  poco después alcanzaremos a ver nuestro destino, la Peña del Melluque y en su margen izquierda, aun envuelto en las sombras, nuestro itinerario de hoy.


Esta es una modesta ruta de alrededor de 120 metros. Con bastante vegetación, pero que no molesta en ningún momento. Los dos primeros largos son buenos. Especialmente el segundo, más variado y mantenido. El último, más corto, desmerece un poco de los anteriores.


Cuando llegamos a la base, el cielo se despeja y unos tibios rayos alcanzan la pared. Esperanzados, arrancamos en el primer largo por un marcado pilar surcado en su parte central por una fisura (Vº).

 
 A su fin , nos aguarda un corto muro de canalizos (Vº+). La  pared se tumba y por terreno más sencillo alcanzamos a la derecha una repisa herbosa donde montamos la reunión aprovechando un parabolt con argolla y un pequeño puente de roca a su izquierda. 

 
Visto y no visto, el cielo se ha vuelto a cubrir. Comenzamos la segunda tirada en adherencia (Vº+) por una placa de canalizos que no han tenido tiempo de secar. Superada esta, la pared gana en verticalidad. Primero atacamos una marcada fisura en bavaresa (Vº+).


 Depues, iremos enlazando pequeñas fisuras hasta alcanzar una gran terraza donde se monta reunión sobre dos parabolts con argolla.

 
En apenas unos momentos el cielo se ha cubierto,  mientras un molestas rachas de aire nos empiezan a castigar.
 
 
Sin perder tiempo, afrontamos el último largo. Un pequeño espolón que atacamos por su margen derecha hasta una pequeña repisa (IVº+) a la derecha de unos grandes bloques inestables.

 
Desde aquí, la lógica pide ir hacia ellos y salir por terreno sencillo a la cumbre (IIIº+), pero visto el peligro que implican mejor afrontar un corto pasaje (Vº) de frente. Una vez arriba, lazamos un gran bloque para montar la reunión.
 
 
Ni foto en la cumbre (queda todavía a tomar pol culo) ¡ni ostias! a recoger los bártulos y a buscar abrigo del viento.
 

Para volver a pie de vía se puede destrepar fácilmente hasta la segunda reunión y rapelar desde esta o como hicimos nosotros, descender hacia el noroeste por una cómoda canal.

 
En el camino de vuelta nos detenemos a visitar alguna de las numerosas trincheras y pozos de tirador que jalonan la loma. Tristes vestigios de una época en la que nuestros mayores se batieron el cobre en defensa de principios e ideales. Hoy, sus descendientes ¡a tragar lo que nos echen!.