estadisticas

domingo, 30 de marzo de 2014

"Premonición" en el Espigüete



Hace dos semanas, después de escalar la Directa TJ, entre todos los mensajes de enhorabuena que recibí al bajar del Espigüete, había uno muy especial.
- Enhorabuena Fer, precioso, desde que vi el reportaje estoy nervioso. Me llamarás fantasma pero creo que puedo subir por la primera vía que intentásteis. Con eso te quiero decir si ¿te apetece volver allí?

¡No me jodas! el ídolo local, el orgullo de los escaladores avilesinos, un primera división, el mismísimo Johnny, me esta invitando a acompañarle.
Superado el asombro inicial me asaltan la dudas. Que por ahí Johnny sube, lo tengo claro, pero... ¿y yo daré la talla? ¿los tendré en su sitio cuando llegué el momento?

Y el ansiado dia llego. De camino a Cardaño, donde tenemos intención de pernoctar, paramos en Sabero a visitar a Anselmo. No puede acompañarnos, atrapado por el trabajo, en vano intenta convencerse él y a nosotros de que no hay condiciones.

-Naa, hay demasiada nieve, vais a ir hasta alli para dar la vuelta. Además la previsión no es del todo buena.
- lo que pasa es que no hay Gúevos.(mítica frase que obra milagros en los indecisos ja, ja, ja)....le dejamos caer en un último esfuerzo por convencerle  
Tras mucho insistirle, nos deseó suerte y nos marchamos. 

En Cardaño nos recibe una noche estrellada y un paquetón de nieve. Imposible entrar en el pueblo con la furgoneta, teniendo que montar nuestro campamento en la carretera, a la entrada.
Mientras nos acomodamos y preparamos para cenar, un confiado raposo se auto invita a la mesa. Más tarde Johnny, tendrá ocasión de comprobar, que los raposos muerden ja, ja, ja.
Con las barrigas bien saciadas nos metemos al saco. El cielo se mantiene despejado y en el estomago tengo esa sensación propia que precede a las grandes ocasiones


  Tras un relajado desayuno abandonamos Cardaño. Dejamos las mochilas apeadas junto al aparcamiento y continuamos un kilómetro y medio más abajo para aparcar la furgoneta en un apartadero de la carretera despejado de nieve.  
Hemos pasado más de dos horas bregando como buldocers cuando al fin divisamos el circo. Aún necesitaremos una hora y media más de lucha para alcanzar la base de nuestro proyecto.


En esta ocasión al acercarme, me parece más pequeña y tumbada. Bajo una techumbre de roca en su margen derecho, nos hacemos una plataforma en la rimaya. Mientras nos equipamos, Johnny me pone sobre aviso.
-Fer, por ahí viene alguien.
-Cagonross.....ye Anselmo.
-ja, ja, ja



El pobre ha estado en un sinvivir desde que le abandonamos. Moviendo Roma con Santiago hasta que a última hora de la noche le han posibilitado acompañarnos. Aumentando si cabe nuestro ánimo y tranquilizando nuestras conciencias.
Acometer este proyecto, sin su mayor promotor, nos hacia albergar en la cabeza un sentimiento de alta traición.



Sin más perdida de tiempo, Johnny se arrima a la bestia. La observa durante un suspiro y sin la menor vacilación comienza a subirse en ella.



Alucinados, Anselmo y yo asistimos a una clase magistral de escalada. Johnny se mueve grácil, trata  el hielo con una delicadeza propia de un amante en su primera cita.



Si habéis tenido ocasión de haber visto (y sí no os recomiendo verlo) un vídeo de Emilio Comici en youtube titulado "el ángel de los Dolomitas" y lo extrapoláis al hielo, os haréis una idea más completa de lo que tuvimos ocasión de contemplar


En el primer tercio del largo el hielo es escaso y la roca no ofrece muchas posibilidades de protección. Donde hace tiempo yo ya habría arrancado la moto, Johnny  no vacila. Avanza metros alejándose de un último seguro precario, con esa confianza y solvencia, solo reservada a los más grandes. 


Poco a poco va resolviendo el largo. Más arriba, donde la cascada se muestra más vertical llegando a desplomar, mejora el hielo.
La cuerda se acaba y tengo que abandonar mi reunión. Asciendo mientras le aseguro intentando ganarle unos metros a la cuerda que le permitan alcanzar una zona cómoda donde montar la primera reunión.


Poco después nos llama a que subamos. Gustoso le cedo el paso a Anselmo, que sin duda va a tratar mejor el escaso hielo del comienzo. Si voy yo delante igual le obligo a iniciarse en el dry-tooling, jajaja...



Cuando me llega el turno, a pesar de no ser creyente me encomiendo a la Virgen. Este año , la crisis, nos ha imposibilitado llevar a cabo nuestro viaje anual a escalar en hielo en Alpes. Mi escaso entrenamiento me hace dudar si tendré suficientes pilas.


Cuantos más metros subo,  mayor es el grado de confianza en mis posibilidades. Y cuando por fin me llega el sonido sordo al picar de hielo solido, sé que esto, está hecho.


Johnny, ante nuestras felicitaciones y elogios por la gesta que se ha marcado, nos recibe con esa humildad propia que tanto le caracteriza.


En el relevo le ofrezco el testigo a Anselmo, que bien lo merece más que yo, pero aunque le veo ardiente en deseos, me dice que no, que tire yo. Detalle que mi ego agradecerá eternamente.
Desde la reunión, la segunda parte se ve más tumbada y con mayor espesor en el hielo.


  Pero una vez en la cascada, mi percepción de la verticalidad cambia radicalmente.
-¡Joder! esto pina de cojones.


Coloco un tornillo bastante aceptable, remuevo las bolas del rosario y venga pa arriba que hay que dejar en buen lugar la bandera.
Pues sí, cambian mucho las sensaciones de llevar la cuerda por arriba a llevarla colgada, jajaja.


A escasos tres metros de la salida me tengo detener un momento, la cuerda se acabó y mis compañeros deben abandonar la reunión para que disponga de cuerda para alcanzar un emplazamiento seguro donde montar la reunión.


 Unos minutos de espera que, con las pilas casi agotadas, se me hacen eternos. La roca no ofrece buenas fisuras para emplazar la reunión con seguros flotantes o clavos, por lo que mis compañeros tienen que aguardar fuera de la seguridad de la reunión mientras coloco un spit que refuerce los mediocres clavos que he logrado emplazar.

 

Este segundo largo es muy divertido y ofrece mejores lugares para protegerlo que en el primero.
.

Cuando los veo sonrientes asomar, no quepo en el traje ante sus felicitaciones por el largo.
¡Lo hemos conseguido compañeros! maquinasssssssssssssss.



Por encima nuestro, 25 metros en hielo más tumbado nos separan de la pala de nieve que conduce a la cresta. Viendo lo cargada que está la montaña y con el riesgo evidente de alud, decidimos no salir a cima y rapelar.  Anselmo se hace este medio largo entre nuestras burlas.
- Parece que pina por ahí.
-Hasta desploma .....nos contesta entre risas.
-Al final tienes tu tumbarral, ja,ja,ja.

 Cuando comienza a testar la roca para montar reunión, decide destrepar hasta nosotros.
-Naa... no valía la pena perder el tiempo, tardaba menos en volver a bajar.
-Claro, y ahora diras que solo tú completaste la vía, jajaja.






 Equipamos los rapeles y marchamos volaos para abajo.



En el descenso, no salgo de mi asombro al ver por donde nos hemos encaramado.


Y una vez abajo nos hacemos una foto a lo Bridwell, en la que salimos los tres, posando orgullosos ante nuestra criatura.


Para aquellos que deseen seguir nuestros pasos, aquí os dejo el croquis que se ha currado Anselmo para tan grande ocasión.


Esta es la situación de las lineas abiertas hasta ahora en el circo norte del Espigúete.


Y el final de fiesta nél chigre, como manda la tradición. Anselmo ha tenido la acertada idea de traerse una botelluca de sidra casera (gracias a la generosidad de Fernando Alonso Rios).
Después, en la cena tuvimos que repetir platos,..... por estos lares no deben estar acostumbrados a dar de comer a asturianos y a leoneses, jajaja.



¡Que grandes sois compañeros!.....van tener que ensancharme la puerta de casa para que entre.
Solo nos queda agradecer a Fernando Becerril y a Alberto García, las fotos que nos lanzarón mientras trabajaban abriendo la vía "Saint Saud", muy cerquita nuestra y  darles nuestra enhorabuena por su apertura.



sábado, 22 de marzo de 2014

A Peña Ubiña por la "Directa, hielo y dulce"

 


Un ligero orbayo empapa el cristal del parabrisas cuando emboco la avenida principal de Posada en busca de Pedro. En la radio, a un volumen poco adecuado para la hora que es, Rosendo desgrana como una premonición  "Flojos de pantalón".
- Fer...yo aborto misión, he visto ahora la previsión y a empeorado ¿tú que vas a hacer?
- Yo.. recoger a Carlos y arrimarme hasta allí, a darse la vuelta siempre habrá tiempo.

Quince minutos después me encuentro con Carlos en Soto de Ribera. Acaba de salir de doblar en el trabajo  y apenas ha dormido una hora.
-¿ y Pedro?
- No viene...no le gusta la previsión. Prefiere las invernales con sol y buen tiempo je,je. ¿Si tu quieres ir para la cama, lo entenderé?
- Por mi vamos, si esta malo volvemos, pero....... vas tener que hacer toda la vía de primero.
- Echa los trastos al maletero que nos vamos.

A nuestra llegada a torrebarrio el cielo se muestra despejado, salvo por un nubarrón que se pega como un parásito a la Peña. En su cara sur ha desaparecido practicamente el manto blanco que hace un par de semanas la cubría.


Poco después abandonamos el pueblo por la pista que sube hasta los llanos del Fontan. Subimos con tal ansía que al llegar al collado de Llandanay estamos bañados en sudor. Decidimos bajar el paso y continuar con más calma. Mejor dejar las carreras para la vía.


No pisamos nieve hasta los 1800 metros aproximadamente.
-Fer...¿ves la vía?
- Más que verla... la intuyo ja,ja..


El croquis esta plasmado sobre una foto cortesía de Xiblo, que realizó esta actividad un par de días atrás.



Nos colocamos los arneses y demás ferretería y embocamos el cono de deyección.
-Fer dejame al menos que te abra la huella.....te quiero fresco en la vía
Como se agradece este repeto a las canas je,je.


Al llegar al resalte (55º) evalúo la situación. El agua corre de manera fluida bajo el hielo, mientras pequeños trozos de hielo y piedras, que se desprenden de las canales superiores, pasan zumbando a nuestro alrededor.
-Carlos... lo mejor, creo que es darse la vuelta. Más arriba, nos esperan dos largos en roca mojada y en la salida, es posible que el hielo no mejore.
Carlos no dice nada, acata sin reparos mi decisión. Pero en sus ojos veo claramente asomar la decepción.
-Va, venga....menos pensar y vamos al lío.

 
 Por encima del resalte (55º), en la roca del margen izquierdo, un clavo nos brinda un buen punto de anclaje para asegurar el paso


 El corredor que da un giro brusco de 90º hacia la izquierda se encuentra sembrado de cascotes. Dándonos cuenta de lo peligroso del lugar, pasamos raudos por él hasta alcanzar el hombro.


Un clavo con un cordino bien visible nos indica el comienzo de los dos largos en roca. Superado este se bordea el pilar (IVº) por su margen derecha  a buscar una especie de diedro  (un clavo). Con la roca mojada opto por escalar sin guantes. teniendo que llevarme las manos a la boca cada poco para intentar con el aliento insertar vida a unas yemas insensibles.


Un poco por encima de un clavo con una daisy-chain y un mallion, hacemos un nuevo flanqueo. Damos vuelta al espolón (IVº) que cierra el diedro por su lado izquierdo en busca de un nuevo diedro abierto.Unos metros más arriba encontramos una reunión formada por dos clavos.


De la reunión partimos en la vertical por un diedro (un clavo) hasta un pequeño techo. Evitamos este con una fácil travesía, pero difícil de proteger, por la derecha hasta el filo del espolón


Ahora subidos en el espolón, continuamos por su filo hacia la izquierda (un clavo) hasta alcanzar un hombro donde hay una instalación de rapel para descolgarse a la canal principal por la que discurre el resto de la vía.

 
 Aquí el viento empieza a hacerse notar, mientras  a nuestro alrededor escuchamos continuos desprendimientos que la nube que nos envuelve no nos permite ubicar.
- Carlos.... último punto para darse la vuelta
- na....no es más que nieve en polvo.
Montamos el rapel y nos descolgamos hasta la canal.



 A partir de aquí, continuamos en ensamble  hasta la cascada del diedro. Colocando entre nosotros piezas de protección aprovechando las escasas fisuras que nos brindan la roca y con algún tornillo donde aflora el hielo. En este tramo la pendiente se mantiene homogenea en torno a los 55º de inclinación. Solo alterada por un pequeño resalte de hielo (60º) en su primera mitad.


Montamos reunión sobre tornillos en la base de la cascada (80º). El hielo rezuma humedad,  bajo su superficie, se aprecian pequeños regueros de agua buscando salida. Cosa que logran con algún picotazo de los piolets, brotando en ocasiones una fuente al extraer estos.


 Al salir de esta montamos nuevamente reunión en hielo sobre tornillos. Saliendo posteriormente a buscar una goulotte que se aprecia más arriba, en el margen derecho de la canal. En el camino hacia ella, encontramos una reunión formada por dos clavos.


La chapamos y continuamos por la goulotte que termina en un resalte (80º) . Encima de este, montamos reunión de nuevo sobre tornillos. Hace rato que estamos completamente empapados. Cuando llega Carlos tenemos que hacer un alto para cambiar de guantes e intentar renimarle unas manos completamente insensibles. Sus quejidos de dolor, al volverle el riego sanguíneo, me resultan del todo familiares.


Superamos un corto resalte por encima de la reunión y continuamos por una nueva goulotte (55º) hacia la derecha que en escasos metros nos conducirá a la pala que da acceso a la cima.


Cien metros escasos más arriba, en medio de un vendaval, nos recibe el mojón de la cumbre. Llegamos incluso a dudar si hacer foto de cima o salir por patas de allí. Después de tanto esfuerzo, bien vale la pena cinco minutos más de tiritona para guardar  un recuerdo del momento.
Tomamos  un té caliente que obra milagros en nuestros maltrechos cuerpos y ya puestos
-Carlos...un cigarrito de cumbre.
-Jod......llevo soñando con él toda la vía. 


El descenso por el canalón sur, nos resulta agradable gracias a la cómoda huella de bajada que mantiene y a que con la perdida de altura, el viento nos abandona.


Ironía del destino, al acercarnos de regreso a Torrebarrio, el cielo se despeja completamente y vemos el sol por primera vez en el día.


Al llegar al coche, a Carlos, le entra un Whatsapp de Pedro.
- Creo que he vuelto a meter la pata, aquí no ha llovido.
Al que responde con un simple.
- Yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!
Y es que como dice mi amigo Fafi "al monte, hay que ir hasta cuando hace bueno"

sábado, 15 de marzo de 2014

Al Espigüete por la "Directa TJ"


        Dice el dicho que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra" y a fe mía que es verdad.
         En el año 2010 en la creencia que estábamos  haciendo una invernal a la "valverdina", abrimos "Crisol". Cuatro años después, haciendo una repetición a "Los palentinos TJ" sin croquis, le hemos sacado una variante directa. 


El martes, una foto en un whatsapp de Anselmo, me afila los dientes.
 -"El fin de semana libro. Prepara el equipo que la raya de la norte este año nos espera. Esta foto es de hoy".
-¿Que material llevamos?
-Todo, fisureros. friends, clavos, tornillos de hielo, incluido el spitador. Ayer me he acercado a la pared y esta escasita, los tornillos solo entran 4 filetes. Vamos a tener que hacer agujeros en el hielo hasta dar con la roca y colocar algún spit en los largos.
- Ay señor llevame pronto ..... y sobre todo dame paciencia, paciencia para no estrangular a este compañero mio al que mejor le hubieras dado vocación de agricultor, ya que sólo sabe meterme en berenjenales.


El sábado a las 6h de la mañana aparcamos en la Vega de Pino Llano. Poco después, cargados como acémilas, nos adentramos por el Valle de Mazobres. Divisando nuestro objetivo con las primeras luces del día. 


Aun necesitaremos media hora más, con raquetas, para superar en nieve polvo la última pendiente que nos deposite en la rimaya.


- Anselmo, yo no lo veo.
- Que si hombre,mira, yo saco dos largos hasta la campa y te quedan para ti otros dos más tumbados y con algo más de hielo para pinchar.
- Pero si la pared esta como si hubieran estado Manolo y Benito dándole gotelé.
- que tiene más de lo que parece y ya puestos aquí, hay que intentarlo.
-Pues  zumbale que ya estas tardando.

Rápidamente se eleva seis metros y coloca un fisurero. Sube otro metro y comienza a blasfemar. Destrepa y se va a la derecha. Sube otro metro y por que se que es de León, que por los tacos que suelta, podría pasar por oriundo de Mieres perfectamente je, je.

Sobre una hora después, cansado de buscar apoyos para los piolets y sobre todo para los pies  en un hielo frágil y con una temperatura que no ayuda, se da por vencido. Durante un instante se me pasa por la cabeza para animarlo el viejo truco  de decirle - Anda baja que le pego yo. Pero pensándolo mejor, mejor me mantengo calladito, no vaya a ser que en ver motivarle, me tome por la palabra. 


     En  el extremo izquierdo de la pared, hay otra posible linea sin abrir y hacia allí, faldeando a media ladera, encomendamos nuestros pasos y deseos.


Tras otro nuevo intento, otra nueva decepción. Tantos días de anticiclón le han pasado factura a la pared.
En el camino hacia aquí hemos visto formada y en condiciones bastante aceptables la cascada de "Los palentinos TJ". Para no dar por perdido el día, desandamos el camino en su busca. Este circo lleva cuatro inviernos sin formarse y a saber cuando volverá a hacerlo.   


Superar la rimaya abierta y con más de tres metros de profundidad ya nos requiere un buen ejercicio de imaginación. Al otro lado, nos recibe una cascada (85º) de hielo muy oxigenado, fácil de escalar pero donde a los tornillos de 13 cm que traemos les ha dado por el baile de San Vito. Entran tan holgados, que temo que se salgan simplemente con el movimiento de la cuerda al avanzar.

  
A  mitad de cuerda, Anselmo logra montar reunión en una minuscula fisura en la roca del margen izquierdo. Cuando alcanzo a mi compañero, tengo la sensación de haber subido por un muro de corchopan.


Miro hacia arriba y el panorama es desalentador, más de lo mismo. Al menos, el muro que me espera es más tumbado (75º con resalte de 80º a la salida). Del primer tornillo que coloco brota un manantial de bolitas de poliespan, quedando su interior libre de hielo. Coño, que maravilla, como avanza la tecnología, no sabia que ahora los tornillos eran autolimpiables. Con el esfínter bien apretado supero el resalte y alcanzo un corredor (65º) desde donde invito a mi compañero a reunirse conmigo.


Nada, colocamos un par de spit y abandonamos. Con el rápel ya instalado, el orgullo vence a la razón y decidimos continuar. Creemos en teoría, ya que no disponemos de croquis, haber superado las mayores dificultades y nos cuesta renunciar a salir por arriba. Un poco más arriba  en el corredor  se suaviza la pendiente y se divide en forma de Y griega. Por el margen izquierdo se intuye un corredor que gira bruscamente hacia la izquierda,


mientras por la derecha, un resalte (80º)  le da más ambiente a la ascensión.


Poco después de superarlo una nueva fisura en una roca que asoma de la nieve nos ofrece un nuevo punto de relevo.


Ante nosotros se abre una gran pala (65º) en donde no tenemos material para protegernos y donde tras asegurarme, Anselmo se desatara y continuaremos arrastrando las cuerdas, pero ahora ya desencordados. 


 Como dice él, si uno se da el piro, que no arrastre al compañero.


En la vertical, un afloramiento rocoso nos cierra el paso. Por la izquierda una pala de nieve inconsistente y por la derecha resalte en hielo (70º)

  
Venga , de tirados al río. Voto por la derecha. ¡Que no se haga ilusiones Rajoy que ha sido algo excepcional! 


¡Madre de Dios!...esto no se va a acabar nunca. Ante nosotros una inmensa pala de nieve (55º) que no parece tener fin. Compuesta de varias capas de placas de viento, dispuestas como si de un tejado se tratara. Por las que avanzo estresado,  como si fuera pisando huevos para  no romperlas.


Reventados, por un trabajo digno de desbrozadora, alcanzamos finalmente la cresta por una pala más suave (50º) y sobre todo con una nieve más endurecida que le ofrece un pequeño alivio a mis cuadriceps.


Hace ya rato que voy con los güev...hinchados, en la nieve venteada contra el mojón intento aliviar la inflamación. 


¡Vaya xatada compañero!


Abrazos, unas fotos, un cigarrillo y para abajo que aun nos resta lo peor. El descenso por la enrevesada arista noroeste.y evitar tener que remontar en sentido contrario para recoger los bartulos si bajásemos por la vía normal de la cara norte. 


Mira que hace cuatro años jure no volver a bajar más por aquí. Un estresante descenso por nieve reblandecida y que se obstina en formarme zuecos en los crampones.


Son las 6´30h cuando alcanzamos el coche. Cambiarnos de ropa y como tiros para Guardo, donde hoy proyecta un colega, Cesar Fernández Montes. Tras la charla nos vamos de cena y chupito va, gin-tonic que vuelve, pillamos la cama a las 4h de la mañana, 24 horas justas después de levantarnos.

¡Que gran jornada de montaña compañero!.. no tardes en volver a llamarme.