14 de Noviembre, jornada de huelga general en España, cobardes nosotros, desertamos de la lucha y nos encaminamos hacia la vertiente Sur de la cordillera a intentar llevar a cabo una actividad largamente pospuesta por uno u otro motivo, el espolón Sur de la peña la Forcao, siendo casi las 10 h cuando llegamos a Pobladura de Luna, punto de partida de nuestra ruta.
Partimos campo a través intentando sin éxito localizar la senda que sube a la collada de Pobladura que menciona Adrados en su guia, al final lo de costumbre, subida a cañón hasta la base de la peña.
Transcurre algo más de una hora en la que permanecemos agazapados intentando esquivar el viento que azota el collado en espera de que con el mediodía venga el sol y nos suba como a los lagartos la temperatura.
Son casi las 13´00h cuando nos desperezamos y parto en el primer largo por una evidente fisura en el margen izquierdo del espolón, fácil de proteger con empotradores (IVº).
Es un largo sencillo y mis compañeros rápidamente llegan hasta mi.
En el segundo largo, una travesía en bavaresa (IVº+) nos conduce hasta un diedro en el que encontramos dos clavos por protección.
subiendo por él (IVº) hasta alcanzar un segundo hombro donde montamos la segunda reunión en dos clavos que podremos reforzar con el alien rojo (camalot 0´5).
es un largo fácil pero debemos prestar atención a algún bloque suelto en la salida del diedro al hombro.
Seguimos por el filo del espolón durante el tercer largo siguiendo el recorrido más lógico.
Se trata de pequeños resaltes que nos depositan sobre cómodas repisas.
Algunos resaltes los atacamos de frente mientras otros los bordeamos por su derecha, el largo esta limpio de equipación, monto la reunión lazando un bloque en la cima del gendarme.
El tiempo que ha estado indeciso durante la jornada parece que se empieza a estropear, cortas rachas de viento nos reciben en la cumbre del gendarme y rápidamente las nubes empiezan a cubrir el cielo.
desde aquí no acertamos a decidirnos cual es el itinerario a seguir, durante el corto rapel (10m) que nos deposita en el collado entre el gendarme y la cima principal echo un último vistazo.
El tiempo parece empeorar por momentos, mis compañeros me apremian a decidirme por una linea o abandonar destrepando por el Este a coger una vira que diagonalmente hacia la izquierda nos lleve hasta tierra firme, esto es un motín je,je.
Reviso de nuevo la pared y me decido por un posible recorrido a seguir y que a la postre resultara acertado.
Superado un primer resalte (pequeño puente de roca) que me deja en una pequeña repisa herbosa continuo por una fisura vertical (IVº+), donde al poco escondido un clavo ruin me certifica que estoy en el camino correcto, a buscar un diedro.
Donde el diedro se ciega con un techo (Vº) localizo otro clavo ruin, voy hacia la izquierda con las manos en bavaresa por una cómoda fisura, en su final encuentro un fisurero abandonado le coloco una cinta y me elevo sobre el techo para ver si voy en el itinerario correcto, ¡bingo! un buril y más arriba otro sin chapa.
En el primer buril tengo que colocarle un fisurero al no entrar por la chapa artesana ninguno de mis mosquetones, para el segundo tengo chapa recuperable de casualidad pues estuve la semana pasada en Monserrat y aun no las he retirado del equipo, de todas formas el estado de los buriles recomienda no caerse.
Cuando alcanzo la fisura, la recorro en diagonal hacia la derecha en su totalidad (IVº+), a su fin continuo por terreno fácil pero bastante roto (IIIº) hasta la cumbre donde lazando un gran bloque recupero a mis compañeros.
Unas fotos de recuerdo y rápidos enfilamos la cresta en dirección norte que aun queda bajar.
Por nuestra margen izquierda disfrutamos de inmejorables vistas hacia Robledo de Caldas y unas irreconocibles Gemelas de Robledo.
Al final de la cresta comenzamos a descender por la margen izquierda por terreno fácil en dirección al collado Noroeste de la peña.
Desde el collado cogemos canal abajo hasta el arranque de la vía donde tras recuperar nuestras mochilas seguimos camino abajo.
En la bajada localizamos el sendero de "la collada de Pobladura", discurre pegado a los postes eléctricos que atraviesan el valle y que nos llevan hasta la parte alta del pueblo.
Al final el tiempo nos ha respetado y regresamos secos al coche, poniendo fin a una jornada de montaña que sin grandes pretensiones nos ha dejado gratamente satisfechos.
¡otra pa la saca!
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