La vía comienza desde el mismo camino de San Jeronimo, debemos buscar una cruz de hierro una docena de metros más arriba, unos metros a la izquierda de su vertical sale una linea de parabolts verdes
Mientras recorro los primeros metros, los compañeros aprovechan para meter algo al estomago, algo ligero, de fácil asimilación, que luego no interfiera en la escalada, ¿ la típica barritaenergética?,
¿quizas un gel?, que va, empanada je,je.
Detrás de nosotros arrancan Cristina y Anselmo, han decidido hacer la misma, el segundo largo es bastante tumbado al igual que el primero, se endereza durante unos metros para volverse a tumbar.
En el tercer largo superamos nada más salir un pequeño labio, unos metros más arriba nos encontramos con un pequeño muro más vertical, esta sección antes iba más a la derecha, pero en el reequipamiento se traslado la vía unos metros a la izquierda para cambiar una zona de roca lavada por roca nueva, un poco antes de llegar a la reunión se vuelve a tumbar.
En el último largo nos subimos sobre la nariz del Gorro, la roca es generosa en presas para pies y manos.
A continuación unos metros caminando y alcanzamos la cruz de la cima, discretita ella je,je.
El descenso lo hacemos siguiendo los hitos que marcan la vía normal, equipada con cadenas a modo de pasamanos nos deja en el collado entre el Gorro y la Magdalena, descendemos la canal hasta el camino de San Jeronimo desde donde comenzamos la escalada.
Damos por finalizada la jornada y corremos hasta el tren cremallera de Sant Joan, llegamos cuando el último a partido de regreso al monasterio, por lo que no nos queda otra que regresar andando por el Pla dels Ocells y las escaleras de los pobres, entre las protestas de nuestras compañeras je,je, caminar mejora la circulación y el ritmo cardiaco.
Después las cruces se caen y provocan accidentes.
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