El 29 de mayo de 1953 Edmund Hillary y Tenzing Norgay alcanzan la cumbre del Everest. Este echo justifico la polémica decisión de apartar a Eric Shipton en favor del coronel John Hunt de la exitosa expedición de 1953, los tres alcanzaron fama y fortuna mientras Shipton, uno de los más grandes exploradores del pasado siglo desaparecía en la oscuridad del Olvido.
Su renuncia a la cima en las expediciones al Everest en 1951 cuando reconoció la vertiente nepalí de la montaña encontrando la ruta que a la postre seria la utilizada dos años después para alcanzar la cumbre y al Cho-oyu al año siguiente, el que los suizos quedasen a pocos metros de la cumbre en 1952 o la concesión de un único permiso de escalada a los franceses para 1954, precipitan los acontecimientos y hace parecer que 1953 seria la última oportunidad de plantar la "union Jack" en la cumbre para un cada vez más desmembrado imperio británico. El comité del Himalaya decide apostar por la disciplina y la organización militar del coronel John Hurt, que contara con dos de los discípulos más avezados de Shipton, Hillary y Tenzig.
Según cuentan, Shipton despertaba simpatía entre los varones y rendida admiración en las damas, Beatrice Weir, que por entonces contaba diecisiete años comento sobre su aparición en una fiesta colonial en la India .
"De pronto apareció ese hombre extraordinario, de tez morena, más bien pequeño pero con fuertes piernas... tenía unos ojos azul radiante, de los que todo el mundo Hablaba. Simplemente se sentó, mirando a su alrededor. Era algo indefinible. Me derretí como un cúbito de hielo".
Nacido en Sri Lanka (antiguo Ceilán) fue criado en Inglaterra. Con 15 años durante una vacaciones con la familia en los Pirineos despierta su interés por las montañas.
Aquejado de dislexia, no destaca en los estudios, trasladandose con 21 años a Kenia a labrarse un futuro como Cultivador de café. Es allí en 1930 cuando conoce al que en adelante sera su compañero inseparable, Harold Willian Tilman al que se le atribuye la frase:
"lo necesario para cualquier expedición que valga la pena, se puede escribir en la parte de atrás de un sobre".
Shipton y Tilman en 1934 |
Comienzan juntos a remar contracorriente, en una época en la que las expediciones cuentan con grandes presupuestos y están compuestas por gran cantidad de escaladores y cientos de porteadores
Sobre cuál es el volumen óptimo de una expedición reina gran discrepancia de opiniones. Una vez pregunté a mi amigo el doctor Humpreys qué pensaba de este asunto. Contestó decididamente y sin la menor vacilación: "Tres forman una expedición grande,un equipo de uno puede considerarse una expedición pequeña." No voy a proponer que en los intentos contra el Monte Everest se adopte un criterio tan extremista, aunque siempre he creído que un equipo de tres escaladores tendría oportunidades tan buenas como un grupo más numeroso. Yo imaginaba un tipo de expedición constituida por seis miembros europeos, todos de gran experiencia de alpinistas, y todos con probada capacidad de subir a gran altura, y una treintena de porteadores Sherpas seleccionados con cuidado y con un entrenamiento especial.
Por la izquierda: Shipton, Charles Evans y George Lowe en 1951 |
Viene luego la cuestión económica. A lo que comprendí, el argumento corriente era este: puesto que es fácil obtener dinero para una expedición al Everest, ¿por qué no hacerlo? en primer lugar, el simple derroche de dinero no incrementa en sí mismo la eficacia de una expedición; es más, puede muy facilmente convertirse en un factor de debilidad creando un atiborramiento de trastos inútiles y oscureciendo los puntos realmente importantes. Por ejemplo, sería mucho más útil utilizar a todos los porteadores con el mismo equipo utilizado por los escaladores, que transportar cajas de champaña y otros requisitos desde Londres a Rongbuk. En segundo lugar, si hay que gastar dinero, existen muchas maneras provechosas de hacerlo. Con la diferencia de coste entre una expedición grande y una pequeña, se podrían enviar no menos de una docena de expediciones más a otras partes del Himalaya, las cuales, bien organizadas y dirigidas, podían ejercer una influencia directa sobre el problema primordial del Everest.
E. Hillary comprueba el peso de Shipton en 1951 Este enfoque de mínima logística y bajo impacto no encaja en el estilo grandioso de las expediciones a gran escala del imperio británico, siendo el precursor de las ascensiones en estilo alpino en el Himalaya.Por mi parte aborrecía la multitud y el barullo inseparable de una expedición numerosa. No podía apartar de mi mente la ridícula impresión de que estaba tomando parte en una jira turística o en una excursión escolar, y me entraban ganas de marcharme o esconderme. El pequeño pueblo de tiendas que se levanta cada atardecer, el ruido y ajetreo de cada puesta en marcha, el espectáculo de un gran ejercito invadiendo la paz de los valles, todo esto estaba tan lejos del espíritu ágil y libre con que estábamos habituados a aproximarnos a las cumbres. Y yo creo que el espíritu contribuye mucho al éxito de una aventura montañera.
"Por las cumbres, escaladas en tres continentes" es una autobiografía precoz en la que nos muestra sus comienzos en el alpinismo en Noruega y los Alpes, sus posteriores actividades en el Este de África, su ascenso al Kamet ( segunda montaña más alta del Garhwal indio) de 7.756 m y que fue en su momento la montaña más alta escalada, y sus cuatro expediciones al Everest en los años 1933, 1935, 1936 y 1938, así como exploraciones que llevo a cabo en las regiones del Shaksgam y el Karakorum.
Editorial: Juventud.
Titulo original: Upon that mountains.
Traducción: Eduardo Valenti.
Año edición:1952
Edición: .Tela editorial con sobrecubierta ilustrada.
Tamaño: 23x15
Cuando hablamos del Everest salen a relucir nombres como los de J. Irvine y G. Mallory en 1924, J. Hunt, E. Hillary y T. Norgay en 1953 y más recientemente Messner y Habeler en 1978 por su ascensión sin oxigeno, pero quizás sea Shipton el montañero más importante en la historia de su conquista.
Te lo estas currando Fer...Es un placer encontrar gente que le guste leer de estos temas...en los tiempos que corren no es muy normal...y así nos luce...
ResponderEliminarNada un "ventanuco" mas de aire fresco...
Te sigo...
Gracias Carlos, ya me estaba empezando a creer un bicho raro en peligro de extinción, pero veo que queda gente de mi especie.
Eliminarun saludo.
No se como tendrás el "mueblebar" de bebidas espirituosas...De libros con solera veo estas servido...Si necesitas hacer sitio en el "mueblebar"...¡¡¡Silba!!!
ResponderEliminarRamón, el mueblebar vacio, lo gasto todo en libros je,je.
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