Ha sido una noche despejada y fría. Motivada en gran parte, por mi mala elección del saco y es que en el minimalismo no todo son ventajas.
Pedro, mientras desayuna me apremia a levantarme. Mientras, yo estiro el momento hasta que el sol comienza a clarear las cimas cercanas. Tras el desayuno, recogemos el vivac y desandamos el camino que ayer nos trajo hasta aquí.
Antes de llegar al llano de los pozos, apartamos las mochilas del camino y ya solo con las cuerdas y la ferreteria subimos hacia la pared norte del Requexón. De cerca, la pared se ve tan tiesa como desde la lejanía.
Que acaba estrellándose contra un techo. Bajo este, montamos la reunión sirviéndonos de un gran cuerno de roca al que reforzamos con un camalot del nº3.
Partimos en el segundo largo en travesía hacia la derecha bajo el techo. Al bordear la pared, destrepamos a un nicho (1 clavo).
En la tercera tirada, salimos de nuevo en travesía por debajo de un techo ( Vº+) hasta bordearlo por su margen derecho. Este tramo esta protegido por un clavo y un buril.
Un corto pasaje ligeramente desplomado y de aspecto quebradizo (Vº+ y 3 clavos) nos introduce en una chimenea, cubierta en su interior por un frondoso pastizal, pero que no molesta en el ascenso.
Unos metros más arriba, tras superar una pequeña obstrucción, alcanzamos una repisa alfombrada en verde en donde aun son visibles restos de la primera ascensión. En el espoloncillo que cierra la chimenea por su lado izquierdo, montamos el relevo sobre empotradores. No sin antes, hacer un gran trabajo de limpieza de fisuras.
El cuarto largo (Vº) transcurre por el interior de la chimenea
Siendo más practico, en momentos puntuales, abandonar esta por sus margenes, para volver de nuevo a ser engullidos por ella.
Tras superar un gendarme, alcanzamos una nueva repisa tapizada. La recorremos en su totalidad y llevamos a cabo el relevo a la entrada de una nueva chimenea.
La reunión la montamos sirviéndonos de una piedra empotrada y un mínimo ojal que reforzamos con un fisurero.
En el quinto, progresamos cómodamente hasta que la chimenea se estrecha en una fisura off-wich (6a) protegida en su inicio con un buril.
Que supero arrastrándome con el brazo y la pierna izquierda empotrados, mientras voy deslizando un camalot del nº 3 por la fisura hacia arriba para protegerme.
En el sexto, salimos en la vertical de la reunión por un corto muro (IVº)
que da paso a una sucesión de gradas herbosas. Continuamos por estas hasta alcanzar una nueva fisura chimenea, montando el relevo en su inicio.
Por esta, sin contratiempos alcanzamos tranquilamente la cumbre en el séptimo largo (IIIº)
Es mediodía y salimos de la fría norte al bochorno más absoluto y es que este verano en los Picos, el termostato anda totalmente descontrolado.
Nos llevamos una gran "Clásica", políticamente incorrecta con los cánones de la escalada actual, más decantada a la placa soleada y con parabolt, pero donde los vejestorios que nos iniciamos en el alpinismo por medio de chimeneas y diedros, disfrutamos en ella más que un cerdo en una charca.
Destrepamos la vía normal, recogemos las mochilas y sin pausa hasta Vegarredonda. Donde con unas cervezas frías daremos por finiquitado el fin de semana.
Cojonudo.
ResponderEliminarMe alegra te guste Mon.
EliminarUn abrazo.
Ciertamente tiene pinta de clasicorra... clasicorra; ¡qué bien lo pasáis... jodíos!.
ResponderEliminarSaludos.
Clasíca olvidada .. a ver si esta visita la reactiva.
EliminarUn abrazo.
gracias por recordarme viejos tiempos, por ahí subí en agosto del 84. Por desgracia no tengo ni una foto de aquellos tiempos. Por cierto, no hice la fisura de arriba, al igual que tu compañero, salí por la derecha hacia la placa, y me tiré el largo sin una sola protección. En fin...las burradas que se hacían con 20 años. Reitero las gracias por tus fotos
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