Abierta en 1977 por José Guerrero, Pedro Oliva y Luis Rodriguez miembros de la Unión de Buitres Socialistas y Anarquistas (fueron miembros destacados de este grupo Daniel Guirles y Ramón Portilla), sigue una linea lógica, recorre una marcada fisura en el sector izquierdo de la pared hasta la cueva, un corto rapel, una pequeña travesía y otra marcada fisura para salir por un agujero a escasos metros de la cima.
El primer largo parte por roca rota mala de proteger para luego en travesía hacia la derecha ir a buscar el diedro que da nombre a la vía, la reunión esta unos metros antes de este, llegados a este punto y viendo la poca cuerda gastada decido continuar, una pequeña placa lavada diagonal derecha y luego de frente vertical y atlético con buenas presas hasta la 2º reunión.
En el tercer largo un pasaje un tanto raro al salir de la reunión, paso técnico sobre cantos claros pero muy lavados con riesgo de perder los pies por resbaladizo.
después nos introducimos de nuevo en el diedro, donde decrece la dificultad hasta que alcanzamos la reunión.
Para el cuarto largo nos esperan 30 metros de diedro vertical y muy atlético, bien protegido con parabolts, aunque alguno es difícil ver por la oxidación.
La siguiente reunión la hacemos en una cómoda repisa, como las anteriores, al pie de la chimenea formada por la pared y el gendarme adosado.
El siguiente largo sale unos metros por placa, para una vez chapado un viejo clavo hacer una pequeña travesía a la izquierda que nos introduce en la chimenea, escalamos en equis hasta un bloque empotrado, superado este se monta reunión en la parte alta del gendarme, nosotros montamos más abajo a la sombra.
Llegados a este punto el calor y el esfuerzo empiezan a hacer mella en Cristina que no abandona por nuestra insistencia, desde la parte alta del gendarme veo la cueva desde la que se realiza el rapel, un paso duro ¿6a? a chapar un clavo, luego diagonal derecha hacia unos ojales y luego en vertical para entrar a la cueva por el lado derecho.
Ahora toca hacer un rapel de unos 20 metros, para ver la instalación es necesario asomarse pues desde la reunión de la cueva no se ve.
Al rapelar debemos pendulear hacia la izquierda donde veremos dos reuniones, la primera es de la "Costa Blanca", la nuestra es la segunda que se encuentra en una gran plataforma donde habremos de esperar largo tiempo por nuestros compañeros acabandosenos el agua, cosa que pasara factura a Olga en forma de calambres y agarrotamiento en los dedos.
Por fin al cabo de algo más de media hora vemos aparecer a nuestros compañeros, despertamos de la somnolencia que nos abochornaba y nos disponemos a continuar.
El siguiente largo empieza con una travesía, para luego enderezarse e ir a buscar la reunión por encima de un jardín de palmitos que se superan por la placa de su izquierda.
Un último largo por una fisura protegida con dos parabolt y que desploma al acercarse a un techito.
Este lo podemos superar por dentro, por un agujero, asegurándonos en un puente de roca, paso estrecho y claustrofobico o bien por fuera en oposición asegurados por un parabolt.
Superado este último obstáculo, ya desencordados y por terreno sencillo alcanzamos la cima.
El descenso por el sendero que desde la entrada del parque alcanza la cumbre, siempre lleno de turistas o simples caminantes, y que nos devuelve en una media hora a pie del coche en el puerto de Calpe.
Una gran clásica imprescindible que deberá realizar todo escalador que se acerque hasta este maravilloso rincón de la costa levantina.
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