estadisticas

sábado, 19 de enero de 2013

"Los tres últimos problemas de los Alpes" de Anderl Heckmair

   
    En estos días, en que el mal tiempo me impide salir al monte y no teniendo ningún libro nuevo que leer, he devorado de nuevo "Los tres últimos problemas de los Alpes", texto escrito por uno de mis ídolos de juventud.

Anderl Heckmair nació el 12 de octubre de 1906. Su padre, cuya familia tenía un negocio de jardinería, era un maestro jardinero de la ciudad de Munich que murió en 1916 en la Primera Guerra Mundial. En la imposibilidad de poder criar a dos hijos, la madre de Anderl envió a sus hijos a un orfanato. Es durante el verano de 1918 al visitar una clínica en Suiza donde comienza su pasión por las montañas.
 
          En 1927  se matriculó en la Escuela Superior de Horticultura en Weihenstephan para poder pasar cada fin de semana en  ellas.
 
" como conseguí vivir, estudiar y pasar los fines de semana en las montañas, sigue siendo un misterio incluso para mi".

 Así según crecía su amor por la escalada disminuía proporcionalmente su compromiso con la horticultura.
   Entra a trabajar en una empresa de jardinería, de la que es despedido después de un accidente de moto que le obliga a ingresar en el hospital. Cobra de un seguro 1.000 marcos, una suma considerable en aquella época. Son los años de la gran crisis económica que asola Europa y  decide como muchos jóvenes alemanes vagabundear bajo las paredes de los Alpes mientras le dure el dinero, buscando un posible éxito en alguna que le abra un hueco en la historia del alpinismo.
 
"En los años que siguieron a 1928, la grave crisis de paro forzoso afectó particularmente a los adolescentes. Su ansia de acción, les empujo entonces violentamente hacia las montañas. Tal fue mi destino".

  Heckmair comienza a escalar en roca a finales de los años veinte en las montañas de la "Kaiser Wilde", Wetterstein, Karwendel, Dolomitas y los Alpes Occidentales.  
  A principios de 1930 había hecho ascensiones tan audaces para la época como la cara norte de la Cima Grande de Lavaredo(primer ascenso en cinco horas sin un vivac),la cara noroeste de la Civetta ,o la cara este de la Sans Maor entre otras. Comienza a escalar en hielo y hace la primera ascensión a la cara norte del Grand Charmoz en 1931.

 En este tiempo tres paredes norte se resisten al empuje de los alpinistas, las paredes del Matterhorn o Cervino, Grandes Jorasses y la del Eiger .

"Un anochecer, en el Stripsenjoch, estábamos hablando de nuestras escaladas mientras tomábamos el té, la conversación versó sobre los últimos grandes problemas... Pronunciamos incluso el nombre mágico del Eiger...Con las mejillas encendidas  no pensamos ni en dormir, y al amanecer nuestra decisión estaba tomada: alguna de aquellas paredes debía ser nuestra."

Poco después, los hermanos Schmidt logran ascender la cara norte del Cervino (1931) y más tarde la cara norte de las Jorasses es ascendida por Rudel Peters y Martín Maier (1935).
    En 1933 obtuvo el título de un guía de montaña. Una de sus primeras clientes fue la actriz Leni Riefenstahl, que acaba de rodar una película sobre las montañas, "la luz azul" y con la que mantendrá un corto affaire.

Pero el 24 de julio 1938 entra en la historia al alcanzar junto con Vorg Wiggerl y los austriacos Heinrich Harrer y Fritz Kasparek la cumbre del Eiger, tras deambular durante tres días por el laberinto de su cara norte, han resuelto el último gran problema de los Alpes. Su logro es considerado uno de los mejores momentos de alpinismo y Heckmair y sus compañeros son agasajados como héroes por el Reich alemán.
 

          Esto no le concedió ningún tratamiento especial, cuando estalló la guerra. Fue reclutado y enviado al frente del este, donde su compañero Vorg cayó en el primer día de la campaña  rusa. Heckmair finalmente tuvo éxito en conseguir ser destinado al regimiento de Alta Montaña, en la que muchos de sus amigos estaban sirviendo.
 
Después de la guerra continuo escalando, visitó diferentes cordilleras  a lo largo de América, África y el Karakorum en Pakistán.
   En 1968 se convirtió en el primer presidente de los Guías de Montaña y la Asociación  de  instructores de Ski de Alemania y continuó trabajando de guia hasta finales de los años ochenta.

   El 1 de febrero de 2005 fallecía a la edad de 98 años, fumador empedernido y bebedor habitual de aguardiente, a la pregunta indiscreta de un periodista sobre lo poco apropiado de estos habitos para la practica del deporte contesto:

            " En la montaña, lo que verdaderamente cuenta es la experiencia"

un libro de fácil lectura y buena digestión que nos transporta a aquellos años gloriosos del alpinismo y que no debería faltar en la librería de todo buen aficionado del genero.
 
 

2 comentarios:

  1. Qué buena entrada fer, otro libro que apunto a la lista de pendientes de leer, ahora me llego por otro clásico como es "conquistadores de lo inútil" de lionel terray, un saludo ;)

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    1. Muy grande Terray, otro con Rebuffat que he seguido,ahora estamos en su tierra intentando escalar algo.
      Un saludo

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