En el año 1970, los hermanos Messner recibieron de la mano del Dr. Herrligkoffer la oportunidad de viajar al Naga Parbat. Reinhold contaba con más experiencia que su hermano, y a pesar de las amenazas de mal tiempo, decidió atacar la cima. Günter, aquejado de mal de altura durante el descenso se quedó para siempre en la montaña y sólo Reinhold pudo regresar con vida al valle. Su descenso en solitario en una de las paredes más altas del mundo, y tras haber perdido a su hermano fue épico.
Durante años sombras de sospecha y críticas encubiertas acecharon a Reinhold sobre este suceso, y no faltaron quienes le acusaron de abandonar de forma egoísta a su hermano pequeño. El tiempo ha acabado demostrando que él tenía razón, y recoge ahora su vivencia en la gran pantalla
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